Patchwork
«La lectura del libro “Los doce hilos de oro” hizo que me enamorara del patchwork. Desde entonces, en el año 1997, soñaba con tejer una colcha. Y un buen día, me decidí a empezar a recortar cuadrados de diferentes telas. Tenía un armario prácticamente destinado a guardar retales y los cuadrados que iba recortando de cada uno de ellos. Mi primera colcha tenía que ser algo sencillo, nada de dibujos, ni de buscar o sacar patrones.
Cuando consideré que tenía suficientes cuadrados, empecé a coserlos, uno a uno, a mano… A veces las esquinas no me quedaban bien, pero me venían a la memoria las palabras de mi abuela materna de cuando me enseñó a hacer cadeneta con el ganchillo: no importa lo que tardes; deshaz las veces que sea necesario; lo que importa es el resultado final. Y con esas palabras descosía y volvía a coser.
No me he atrevido con una colcha. Sí con una manta de sofá. Me encanta ver a mi hijo arropada con ella. Me produce mucha ternura… ¡Cosas de madres!, y ahora me alegro de haber seguido los consejos de mi abuela.
Al finalizar, me quedó una sensación parecida a cuando termino un curso y mis alumnos se van despidiendo y se marchan. Siento un agradecimiento intenso y a la vez una especie de vacío. Por un lado, está la satisfacción de lo vivido (o creado, en este caso) y por otro, añoranza del camino, con la meta alcanzada.
Me sobraron cuadrados y muchos retales así que, en cualquier momento, comienzo mi nuevo puzle.»
Mi vida con reiki
Sí, el texto anterior pertenece al capítulo 11 del libro Mi vida con Reiki -suena un bucle de vida en las estrellas-. Ese capítulo está dedicado a la meditación.
Lo que he aprendido
- No importa cuántas veces haya que empezar, o como dice el refrán si te caes siete veces levántate ocho.
- Desarrollar la paciencia.
- Concentrarme en lo que estoy haciendo (es una forma de mindfulness).
- No perder de vista el objetivo final.
- Convertir las palabras en experiencia y los sueños en realidad.
Y es que como dicen en diferentes artículos existen beneficios terapéuticos para quienes la practican.
Tejer desarrolla habilidades motrices, estimula la concentración y genera espacios de relajación y meditación.
Diversas investigaciones recientes destacan que, para quienes tejen, el alivio de la ansiedad y el estrés se halla en poder hacer una actividad que los desconecta de los asuntos personales.
Lo que hasta ahora eran hobbies , esas manualidades que hacían nuestras abuelas, se han convertido en nuevas y principales dosis de paz mental.
Y es que hay un refrán que dice:
«La preocupación no quita los problemas del mañana, nos quita la paz de hoy.»
Nuevo puzzle
Y este verano me puse manos a la obra con nuevos trozos de telas. Unas compradas específicamente pensando en la persona que iba a ser la destinataria de esta nueva manta de sofá, la novia de mi hijo, y otros iguales a los de la de mi hijo.
En el fondo el Patchwork es una metáfora de la vida pues ella está compuesta de vivencias reflejadas por cada retal con sus respectivos recuerdos -uniendo pequeñas y grandes experiencias- y de las relaciones, de cómo nos vamos encontrando, entretejiendo unos con otros y cómo todo ello nos proporciona dicha y felicidad.
Y tú, ¿tienes alguna labor u otro hobbie que te proporcione calma?
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