Sincronicidades
El sábado, al salir de comprar, el nuevo cesto/carro se nos atascó y nos frenó en seco. A la vez, una pareja detrás de nosotros saludaba con mucha alegría a alguien. Por un momento, pensé que era a nosotros. Pero no, era a una mujer bellísima, por dentro y por fuera.
¿Por qué lo sé?
Sé que su belleza no es sólo externa, porque a ella también la conocemos nosotros. Ella era Silvia. Cuando terminaron de saludarse, la llame, y ahí, en medio del parking, con los carros, las bolsas de la compra, nos abrazamos, entre gritos de alegría.
Encuentros ¿programados?
Sin duda, fue su momento. Porque en menos de un minuto tuvo dos encuentros, con dos parejas.
Y pongo “programados” con interrogaciones con todo el propósito. Pues hay teorías sobre que todas nuestras experiencias y encuentros con personas, los programamos antes de nacer. Es lo que llaman planes prenatales. Yo he sabido de ellos a través de las lecturas de registros akáshicos y de la lectura del libro El plan de tu alma.
¿Cómo nos conocimos?
Nuestra amistad es relativamente reciente. Unos siete años. Ella y José se conocieron a través del coaching. Luego llegué yo. Y la verdad es que es una persona con la que siempre tienes ganas de estar y compartir.
Es muy generosa y no me refiero a lo material, que también. Es de esas personas que reparten su optimismo y vitalidad. Siempre con ganas de compartir y que invariablemente busca el lado bueno de las cosas.
Actualmente es profesora de retórica en la Universidad Francisco de Vitoria y allí pudo brindar a nuestro hijo la oportunidad de dar una masterclass a sus alumnos sobre el mundo audiovisual.
Así que Silvia, esta entrada en nuestra nueva casa es para ti. Nuestro agradecimiento por poder contar con tu amistad.
Y para que vosotros podáis conocerla también un poquito más, os dejamos el video con una charla Tedx que dió. Pero no sin antes compartir con vosotros las tres palabras filtros para las cosas que quiere en su vida: integridad, utilidad y felicidad. Aquello que no cumple alguno de estos requisitos se queda fuera de su vida.
Eso me hizo pensar, y mis tres palabras son: autenticidad, fructífero y felicidad.
¿Cuáles son las tuyas?