«Un Mar de Fueguitos»
«Un hombre del pueblo de Negua, en la costa de Colombia, pudo subir al alto cielo.
A la vuelta, contó. Dijo que había contemplado, desde allá arriba, la vida humana. Y dijo que somos un mar de fueguitos.
-El mundo es eso – reveló-. Un montón de gente, un mar de fueguitos.
Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores. Hay gente de fuego sereno, que ni se entera del viento, y gente de fuego loco, que llena el aire de chispas. Algunos fuegos, fuegos bobos, no alumbran ni queman; pero otros arden la vida con tantas ganas que no se puede mirarlos sin parpadear, y quien se acerca, se enciende.»
Este mini cuento pertenece al «Libro de los Abrazos» de Eduardo Galeano
Fuegos de colores
Y es que llevamos una maravillosa temporada en la que la vida nos está acercando a personas con luz propia, que se preocupan por nuestro planeta, por dejar un mundo mejor y para ello hacen su parte del trabajo, aportan su granito de arena.
Por ejemplo, Rubén Jiménez a través de su canal de Youtube El sendero de Rubén, nos aporta «una energía de compartir y contagiar, de transmitir los aprendizajes que he ido recogiendo a lo largo de mi vida y que me hacen disfrutar mucho más del camino, deshacen el sufrimiento y me permiten seguir el sendero mucho más liviano, alegre y contento». Y así lo recoge en su página web. Además, está acercando a cualquier persona del mundo, mediante su otro gran canal, RunbenGuo, el mundo de la fotografía y el video, con tutoriales gratis y cursos a precios muy competitivos.
Belén Arcones, contagia su ilusión y optimismo nada más conocerla. Es la Directora General de IMF y tiene absolutamente claro su objetivo: Ayudar. Su misión es «cambiar el mundo a través de la formación, haciendo crecer a los alumnos que acuden a formarse». Y además, «garantizar un alto nivel de satisfacción a los mismos, gracias a la igualdad de oportunidades, a la atención personalizada y a la excelencia en la calidad del servicio.»
Hemos tenido también la oportunidad de conocer a David Calle. Él está acercando el apoyo a la enseñanza de manera fácil a todos los alumnos con ganas de aprender y que por circunstancias de la vida, no pueden acceder al mismo. A través de su canal en youtube, Unicoos, comparte conocimientos y apoyo al estudio de las matemáticas, la física , la química, el dibujo técnico y la tecnología, para secundaria, bachillerato y universidad, de manera absolutamente gratuita y altruista.
Y hemos conocido a estas tres personas junto con otras tres extraordinarias que hemos conocido gracias a los cursos de PNL, con las que vibramos y disfrutamos compartiendo nuestro tiempo. Ellas son Alma, Loli y Juan Antonio. ¡Gracias!
Sonrisas
Y todas estas personas tienen en común que sonríen. Sonríen a la vida. Se ponen en acción y regalan su sonrisa a todo el que en su camino se cruza. Tienen claro que la vida tiene un propósito y no quieren pasar por ella sin dejar un mundo un poquito mejor, sin dejar un legado para los que llegan tras ellos. Y ese es su motor de vida. Sencillamente nos parece maravilloso porque además de todo disfrutan haciendo lo que hacen.
Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida.
Confucio
Fuegos que encienden
Seguro que tú conoces más personas así y nos encantaría que nos las dieras a conocer. Ya sabéis nuestro lema, el de esta web: Compartir es Vivir.
Y vivir es una maravillosa aventura para ser compartida, para relacionarnos unos con otros, para aportarnos. Porque creemos firmemente que, desde el respeto, las diferencias nos enriquecen.
Cuento
Comenzamos esta entrada con un mini cuento «Un mar de fueguitos» y la vamos a terminar con otro, para que nos sirva a todos de reflexión sobre qué podemos aportar al mundo. Todos tenemos un don. Y al compartirlo hacemos el mundo un poquito mejor. No temas brillar. Comparte tu luz.
«Como cada mañana, el hombre se despertó y bajó a pasear por la playa. A diferencia de otros días la orilla estaba repleta de miles de estrellas de mar que se extendían a lo largo de toda la costa.
Pensó que ese curioso fenómeno sería consecuencia del mal tiempo y el viento de los últimos días. Se sintió triste por todas aquellas pequeñas criaturas. Sabía que las estrellas de mar tan sólo viven 5 minutos fuera del agua.
El hombre continuó caminando absorto en sus pensamientos. De repente se encontró con un niño pequeño que corría de un lado a otro de la arena. Tenía la cara sudorosa y los pantalones remangados.
¿Qué estás haciendo? – Le preguntó el hombre.
Estoy devolviendo las estrellas al mar, – contestó el niño – Junto todas las que puedo y las lanzo más allá de la rompiente para que no vuelvan de nuevo a la arena.
Ya veo – contestó el hombre – pero tu esfuerzo no tiene sentido. Vengo caminando desde muy lejos y hay miles de estrellas ancladas en la arena. Quizá millones. Podrás salvar a unas pocas pero la inmensa mayoría morirá y todo tu esfuerzo no habrá servido para nada. No tiene sentido lo que haces.
El niño, sorprendido, le mostró una pequeña estrella que escondía en la palma de su mano y antes de lanzarla al océano le dijo al hombre: Para ésta sí que tiene sentido.».