Sincronicidad

Eran ya pasadas las ocho de la tarde. Me había entretenido con el profesor del curso. Hacía una hora y media que los demás se habían marchado.

Al  recoger para irme a casa me di cuenta que me había olvidado el pañuelo en la sala dónde habíamos recibido la formación. Salí de nuevo y llamé al ascensor. Las puertas se abrieron. Había alguien dentro:

– ¿Baja?

– Sí, sí.

Su cara me era familiar. Eché un vistazo rápido de nuevo a su cara, su diadema. Sus zapatos y bolso la terminaron de delatar. Tan sólo tenía el tiempo que tarda el ascensor en bajar dos pisos para preguntarle si era o no. No podía ser directa. Tenía que pensar rápido, algo que sólo ella  supiera y que además no fuera común a una gran mayoría.

– Tu cara me suena- le dije (menudo topicazo, pero de alguna manera tenía que empezar).

– No sé – (vaya, ya me ha tocado la loca del edificio, seguro que pensó).

– ¿Tú has trabajado en Suecia?

Abriendo enormemente sus ojos, arqueando sus cejas, con una gran cara de asombro me respondió:

– Sí. (no recuerdo haber conocido españoles durante esa temporada, pensó ella).

El ascensor se paró, de nuevo se abrió su puerta. Yo tenía que bajarme para ir a recoger el pañuelo olvidado.

– ¿Eres “Amatista”?, le pregunté.

Si ya se extrañó con mi pregunta anterior sobre Suecia, ésta la dejó todavía más perpleja y casi tartamudenado respondió:

– Sí.

– Yo soy “Gala”. Espérame un segundo, que no tardo, por favor.

Por extraño que parezca, salió del ascensor tras de mí. Y ahí la dejé, en el pasillo, mientras yo iba y regresaba con mi pañuelo.

Bajamos juntas hasta la calle. Y allí, intercambiamos nuestros nombres reales, los teléfonos y como la ciudad en la que residimos es la misma, quedamos en volver a vernos con más tranquilidad.

¿De qué nos conocíamos? Teníamos cada una un blog, con pseudónimo. Nos seguíamos mutuamente y ella además era fan del blog de José.

 

¿Te ha ocurrido alguna vez algo así?

¿Alguna vez has pensado en alguien y te lo has encontrado o justo te ha llamado por teléfono?

¿Necesitabas una respuesta y entonces ha pasado un coche con una frase impresa, justamente la que tú estabas necesitando?

¿Sabías que fue Carl Jung quién acuñó el concepto de «sincronicidad» para definir «la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera  causal»?

¿Encierran estas «casualidades» algún misterio?

En el libro “Conectar con el fluir de la vida” (Charlene Belitz y Meg Lundstrom), tienes un pequeño test que te puede gustar. Ya nos contarás.

Pero si te quieres entretener con unas películas te recomendamos:

«Dos vidas en un instante«.

«Serendipity«.

 

Berta y José.

Comparte esta entrada en tus redes sociales
Share on facebook
Facebook
Share on twitter
Twitter
Share on linkedin
Linkedin
Share on whatsapp
Whatsapp
Share on google
Google

2 comentarios en «Sincronicidad»

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *