No sé qué hacer con mi vida

“No sé qué hacer con mi vida”

¿Te suena?

Pues resulta que puedes saber perfectamente qué hacer con ella. Incluso puedes conseguir vivir la vida que deseas.

¿Cómo?

Con PNL.

Ya sé lo que piensas al 99%: «No me toques las narices con tonterías.»

A ver. Haber. Ah, ver.

La expresión «crear la vida que deseas” suena friki para cualquier mente que piense de forma convencional o dentro de los cánones y el pensamiento establecido.

Pero también para cualquiera que desconozca cómo funciona el trabajo con la PNL.

La denominación “programación neurolingüística” lo dice por si misma. Te lo voy a intentar explicar de la mejor forma:

Sabemos que las respuestas del cerebro ante los estímulos exteriores que percibimos están configuradas a través de programas internos.

Un input (entrada), se procesa dentro del PC (cerebro) a través de uno de esos programas y sale en forma de un output.

Así funciona. No hay más.

Esos programas han sido implantados en nosotros siendo pequeños por influencias e informaciones externas (esto es, por otras personas, vaya).

Pero, ojocuidao, llegados a una edad en la que podemos razonar de manera autónoma los responsables de que esos programas permanezcan definiendo nuestros comportamientos somos nosotros mismos.

Siento decepcionarte, pero no te vale eso de «es que soy así» y menos lo de «es que el mundo me ha hecho así».

Y obviamente todo esto va a condicionar tu existencia sí o sí, puesto que las respuestas del cerebro ante los estímulos, se transforman en la realidad en comportamientos.

Y nuestras formas de comportamiento son las que definen lo que somos ante los demás y, por tanto, las que influyen decisivamente en los logros o fracasos que alcanzamos.

En nuestra vida.

En nuestro trabajo.

En nuestro entorno familiar y social.

En nuestra relación con nosotros mismos.

¿Cómo cambiar esos comportamientos si no están produciendo lo que queremos que produzcan?

Pues modificando esos programas, para que las respuestas ante esas entradas sean las que deseamos.

¿Y cómo narices llegamos ahí?

Pues a través de cambiar la forma de pensar y la forma de hablar, que son los inputs que recibe el cerebro a la edad adulta.

A ti te llegan los estímulos externos, tus sentidos los perciben, pero son tus pensamientos o el lenguaje el último dato que metes antes de poner a funcionar el dichosos programa que corresponda en ese momento.

De manera que si dices/piensas «soy incapaz», tu cerebro va a ponerse a procesar el programa «Fulanito es incapaz» y tu comportamiento va a ser eso, el de ser incapaz (con toda la carga emocional añadida que pueda conllevar eso).

En cambio, sucederá todo lo contrario si dices/piensas «no soy capaz». Podrás lograrlo o no, pero tu comportamiento será completamente distinto. Esa sutil diferencia entre ser incapaz o no ser capaz es lo que se conoce como Uso sistemático de la negación.

La PNL proporciona herramientas y mecanismos concretos para realizar esto sistemáticamente.

Si te ha interesado, sabes que me encantaría saber qué opinas. Puedes escribirme a jose@josebarrosocoach.com.

En la rebelión está la solución

Pasa un magnífico día.

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